La campaña electoral: Un tsunami pestilente

UNA CAMPAÑA PESTILENTE: 

Desde que salí del instituto, he participado en infinidad de procesos electorales de todo tipo universidad, barrios o asociaciones de todo tipo, hasta terminar en el sindicalismo activo y ser miembro orgulloso y activo del comité de empresa de mi empresa; pero, dónde  todo parecía ser más fácil, elecciones locales, entre vecinos, todos conocidos y conocidas con las que te cruzas a diario y son personas a las que conoce, y por las que te preocupas y sabes que en igualdad siente lo mismo... pero no fue as, he experimentado y sufrido la peor campaña electoral que nunca he conocido, y donde todo apuntaba que no había reglas de respeto, lealtad o cuanto menos no cabía la mentira posible.

Recuerdo aquella época, a veces, con dolor. Porque fue injusta, tremendamente injusta y malvada. Conmigo -con nosotras especialmente, Noelia y yo-, y con la gente que queríamos.

Quien la orquestó, desde el pequeño comedor de una casa , supo inocular con precisión de verdugo su veneno para infestar al pueblo, ayudada por quien se convirtió en su brazo ejecutor poniendo rostro y voz a aquella conspiración basada en la envidia y en otras oscuras ambiciones personales de las que iremos teniendo noticias. Y ganaron aquella maloliente partida.

Reitero que he acompañado, orgullosamente,  a Noelia  en la lista que se presentó a las elecciones del 23 por el PSOE; pero el daño infligido  había sido brutal y la mayoría de votantes fueron arrastrados por aquel «tsunami» pestilente. Nunca,  y desde el primer día, no les culpamos, de haber caído en aquellas redes de la maldad.

Somos conocedores, que la presión e insistencia  sobre los vecinos era insoportable y nos consta que a muchos y muchas no tuvieron  límites en AMENAZAR y a otros en PROMETER LO ILEGAL  o lo amoral... no tenían miramientos, casi recordaban a las películas de los mafiosos americanos de la década de los 60.

Estamos orgullosos que algunos se lo dijeron a la cara valientemente y con la sinceridad casi heroica de quien no tiene nada que perder y otros y otras fueron con su voto en las urnas las que cambiaron el sentido de su voto, demostrando lealtad con la decencia y con aquella lista que no desacredito ni insulto sino que hablaba de "HACER y TRABAJAR POR EL PUEBLO".